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El epicentro del fútbol sudamericano se traslada este domingo a La Bombonera, donde los eternos contendientes se medirán en un duelo que trasciende la mera rivalidad. A partir de las 15:30, hora de Bolivia, Boca Juniors y River Plate disputarán un encuentro de trascendencia capital, con la mirada puesta en asegurar un puesto en la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026. Este superclásico, inusualmente cargado de implicaciones en una jornada regular del campeonato doméstico, adquiere tintes de final anticipada.

La relevancia de este enfrentamiento radica en el desempeño de ambos clubes durante el año 2025, un período en el que ninguno logró alzar un trofeo ni alcanzar una instancia decisiva. Boca Juniors vio frustradas sus aspiraciones al quedar eliminado en la fase preliminar de la Libertadores frente a Alianza Lima, en los cuartos de final del Torneo Apertura ante Independiente, y en los dieciseisavos de la Copa Argentina contra Atlético Tucumán. Su participación en el Mundial de Clubes tampoco superó la fase de grupos. Por su parte, River Plate sufrió reveses en los cuartos del Apertura frente a Platense y en la Libertadores ante Palmeiras, mientras que en la Copa Argentina alcanzó las semifinales, donde cayó contra Independiente Rivadavia. Al igual que su rival, tampoco logró avanzar de la fase de grupos en el Mundial de Clubes. Este panorama de resultados insatisfactorios ha conducido a ambos gigantes a una situación de extrema necesidad en la tabla anual, buscando asegurar su boleto continental sin depender de la presión de los playoffs del Torneo Clausura.

La clasificación a la Copa Libertadores 2026 se define a través de la tabla general del año. Los dos primeros equipos obtienen un acceso directo como Argentina 4 (posición ya ocupada por Rosario Central) y Argentina 5, respectivamente, mientras que el tercer clasificado accede a la fase preliminar como Argentina 6. Esta pugna excluye al eventual campeón del Clausura, siempre y cuando este ya no se encuentre entre los equipos mejor posicionados en la tabla anual.

En este contexto, Boca Juniors llega con una posición ligeramente más ventajosa. Con 56 puntos, ocupa el segundo lugar en la tabla anual, lo que le otorgaría una clasificación directa. Su reciente racha, que incluye victorias cruciales ante Barracas y Estudiantes, le ha permitido establecer una diferencia de cuatro unidades sobre River Plate, que suma 52 puntos y se encuentra en zona de repechaje. Esta ventaja le confiere un margen que le permitiría incluso una derrota en el clásico sin perder su ubicación privilegiada. Un empate, además, podría consolidar su puesto si Argentinos Juniors y Riestra no logran sumar de a tres. Desde el cuerpo técnico de Boca, se ha enfatizado la mentalidad de final adoptada en los encuentros previos, destacando los resultados positivos obtenidos en esta fase crucial.

River Plate, en cambio, enfrenta un escenario de mayor riesgo. Con 52 puntos, se ubica en el tercer puesto, pero la presión es palpable, con Argentinos Juniors y Riestra acechando a tan solo un punto de distancia. La reciente forma del equipo, que registra cinco derrotas en sus últimos seis partidos de liga, añade urgencia a la situación. No obstante, desde el banquillo de River, se ha señalado este enfrentamiento como una coyuntura propicia para revertir la racha adversa y reencontrar la identidad del equipo. La reciente extensión del vínculo contractual del estratega no ha pasado desapercibida, interpretándose como una estrategia para inyectar un nuevo impulso. La habitual reserva en torno a la alineación titular, que se define sobre la hora, es una táctica recurrente que se intensifica en la antesala de los clásicos, y no es menor el recuerdo de las dos victorias obtenidas ante Boca en su segundo ciclo, tras un cierre de etapa anterior con altibajos

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