La precaria situación del sistema de salud en el departamento ha generado preocupación, con voces que señalan una responsabilidad compartida entre el Ministerio de Salud y las administraciones departamentales y municipales.
Un representante legislativo ha manifestado que la problemática sanitaria ha sido, en ocasiones, instrumentalizada políticamente, impidiendo una necesaria reestructuración y una gestión más eficiente, idealmente a cargo de personal local cualificado. Cabe recordar que el Servicio Departamental de Salud (Sedes) opera bajo la supervisión directa del gobierno departamental.
Se ha observado que esta dependencia ha estado marcada por políticas que condujeron a un gasto excesivo e ineficiente, la adquisición de fármacos caducados y un desequilibrio en la plantilla, priorizando el personal administrativo sobre el médico asistencial. Las consecuencias de esta gestión deficiente son palpables, y se subraya que la responsabilidad no recae exclusivamente en el gobierno central, sino que la administración departamental también tiene una cuota significativa de culpa.
En lo que respecta a la región del Chaco, se ha indicado que las disputas entre el alcalde de Yacuiba y el ejecutivo regional han contribuido a un declive alarmante en la calidad de los servicios de salud. Esta coyuntura ha dejado a todos los habitantes del Chaco, sin distinción de su capacidad económica, expuestos a una provisión de servicios de salud deficiente. Finalmente, se ha puesto de manifiesto que las autoridades del Chaco, durante sus campañas electorales, realizaron numerosos compromisos que, hasta la fecha, no se han materializado


