El encuentro entre Real Oruro y Blooming, correspondiente a los cuartos de final de la Copa Bolivia, culminó con un empate 2-2 en el marcador, pero fue opacado por un violento altercado ocurrido al finalizar el partido. El acta arbitral refleja la expulsión de un total de 17 personas, entre jugadores y miembros de ambos equipos, como consecuencia de la batalla campal desatada en el estadio Jesús Bermúdez.
Según el informe oficial, el conjunto visitante sufrió diez expulsiones, incluyendo a ocho jugadores, el entrenador Mauricio Soria, el médico Henry Seas y un integrante del cuerpo técnico, José Luis Vaca. Por su parte, Real Oruro registró siete expulsados, entre ellos cinco futbolistas y el entrenador Marcelo Robledo, todos implicados en los incidentes.
A pesar del tumulto, Blooming logró avanzar a las semifinales del torneo gracias a un marcador global favorable de 4-3. Sin embargo, la situación genera preocupación en el equipo cruceño, que podría enfrentar la ausencia de varios jugadores y personal clave en la siguiente fase.
El árbitro encargado del partido anunció que presentará un informe ampliado para detallar los hechos, lo que podría acarrear sanciones adicionales y la implicación de más involucrados. La Federación Boliviana de Fútbol, a través de su Tribunal de Disciplina, evaluará las evidencias y determinará posibles castigos que afecten a los equipos implicados.
Este episodio vuelve a poner en evidencia los desafíos que enfrenta el fútbol nacional en cuanto a la conducta deportiva, resaltando la necesidad de medidas contundentes para preservar la integridad y el espectáculo dentro de las competencias oficiales


