El conjunto madrileño logró una victoria trabajada frente al Villarreal, en un encuentro marcado por decisiones arbitrales que generaron considerable debate. En un momento de mayor apuro para los locales, el colegiado señaló una pena máxima objeto de controversia sobre Vinicius y, posteriormente, redujo a diez hombres al equipo visitante con la expulsión de Mouriño. Ambas resoluciones, sin duda, influyeron de manera determinante en el desarrollo del partido.
El ambiente previo al encuentro en el feudo blanco se centraba en la respuesta de la afición tras la contundente derrota por 5-2 en el derbi. Sin embargo, cualquier expectativa de reproches se disipó rápidamente, pues la grada no mostró signos de desaprobación hacia ningún jugador, ni siquiera hacia Valverde, quien había sido protagonista de los últimos días por su actitud en la Liga de Campeones.
El futbolista uruguayo ocupó un puesto en el once inicial, sorprendentemente, como lateral derecho. Esta elección táctica, en una demarcación poco habitual para él, añadió un elemento de interés al choque y fue interpretada como una clara apuesta del técnico para subrayar su autoridad en el vestuario.
El Real Madrid saltó al terreno de juego frente a un Villarreal que había optado por preservar a varios de sus futbolistas fundamentales, debido al desgaste físico del partido disputado el miércoles anterior. El equipo de La Plana cedió la iniciativa al cuadro madrileño, pero los blancos apenas consiguieron capitalizar esa ventaja. Su despliegue fue pausado, carente de sorpresa, con Vinicius como el único que intentaba desequilibrar.
El Villarreal se desenvolvía con relativa calma, ya que, si bien los dirigidos por el técnico local dominaban la posesión, no lograban inquietar la meta rival. El encuentro transcurría con un ritmo lánguido y escasas emociones hasta que, a partir del minuto 20, la dinámica cambió. En los diez minutos siguientes, el Real Madrid generó hasta tres oportunidades claras de gol, con Mbappé, Tchouaméni y Mastantuono como protagonistas, pero ninguno logró materializarlas.
El equipo local incrementó su intensidad y presión en busca del gol, lo que impidió que el Villarreal se sintiera tan cómodo. Este cambio de escenario fue bien recibido por los aficionados, quienes por fin presenciaban un fútbol más vibrante. Sin embargo, la vocación ofensiva del Real Madrid también abrió espacios, y el Villarreal estuvo muy cerca de marcar en un par de ocasiones en los minutos finales. La más clara fue la de Tani Oluwaseyi en el minuto 41, quien se encontró en un mano a mano con Courtois, pero el guardameta belga protagonizó una intervención providencial para evitar el tanto visitante. A pesar de las oportunidades, el marcador se mantuvo inalterado al descanso.
La segunda mitad comenzó con una clara apuesta ofensiva del entrenador del Villarreal, quien introdujo a dos delanteros, Pépé y Mikautadze. No obstante, su estrategia se vio alterada rápidamente, ya que el Real Madrid se adelantó en el minuto 47. Vinicius fue el autor del 1-0, con la inestimable ayuda de un desvío en Comesaña que descolocó por completo al portero Arnau Tenas.
El Villarreal se veía obligado a reajustar su planteamiento y jugar de forma más abierta, lo que teóricamente generaría más espacios en la zaga. Sin embargo, ocurrió lo contrario: el equipo visitante, a la contra, generó varias situaciones de peligro, con una acción que pudo ser sancionada como penalti sobre Militao, manteniendo en vilo a la afición local.
La posibilidad del empate acechaba, y el técnico local decidió reforzar el centro del campo con la entrada de Bellingham y Camavinga para recuperar el control del balón. La solución llegó, sin embargo, con una pena máxima sumamente controvertida señalada en el minuto 68 por una supuesta falta de Rafa Marín sobre Vinicius, que el colegiado no dudó en pitar y el VAR no consideró oportuno intervenir. El propio Vinicius se encargó de transformar el penalti en el minuto 69, anotando el 2-0 en una ejecución que mantuvo la incertidumbre hasta el final, pues Arnau Tenas estuvo a punto de detenerlo.
El Real Madrid, no obstante, experimentó nuevos momentos de zozobra cuando Mikautadze recortó distancias en el minuto 73 con un potente disparo desde fuera del área. El Villarreal intensificó su presión en busca del empate, pero nuevamente apareció Vinicius para provocar una segunda amonestación muy discutida a Mouriño, quien vio la tarjeta roja en el minuto 77.
El golpe definitivo para el Villarreal llegó en el minuto 81, con el 3-1 obra de Mbappé, tras una asistencia de Brahim. El delantero francés apenas pudo celebrar el gol, ya que se retiró poco después con un golpe en el tobillo. Este fue el incidente más destacado de la recta final de un partido ya decidido, que culminó con la victoria del Real Madrid, permitiéndole retomar la cima de la clasificación


