El gobierno peruano ha designado a su Primer Ministro, Ernesto Álvarez, para representar a la nación en la próxima investidura presidencial en Bolivia. Álvarez está programado para viajar a La Paz y presenciar la toma de posesión del nuevo presidente boliviano, Rodrigo Paz, un evento fijado para el 8 de noviembre.
Según una disposición oficial emitida esta semana, el jefe del gabinete ministerial peruano estará en territorio boliviano del 7 al 9 de noviembre. Su presencia en la ceremonia de transmisión de mando es en representación del mandatario provisional de Perú, José Jerí. Esta participación se considera de trascendental importancia, reflejando el compromiso de Perú con la consolidación de los lazos de amistad, cooperación e integración con la nación vecina.
Durante su estancia en la capital boliviana, el Primer Ministro también tiene previsto mantener una reunión de trabajo con el personal de la embajada peruana en La Paz. En su ausencia, las responsabilidades de la Presidencia del Consejo de Ministros serán delegadas al titular de Defensa, Francisco Díaz.
Mientras tanto, Bolivia se alista para la investidura de sus nuevas autoridades. Rodrigo Paz asumirá la presidencia, acompañado por el exoficial de policía Edman Lara como vicepresidente, en la ceremonia programada para el 8 de noviembre.
El presidente en funciones de Perú, José Jerí, ya extendió sus felicitaciones a Paz y Lara a través de una llamada telefónica, augurándoles una gestión exitosa tras su victoria en la segunda vuelta electoral. En esa conversación, ambos líderes expresaron un interés mutuo en restablecer el diálogo político al más alto nivel bilateral y plantearon la intención de normalizar la representación diplomática a nivel de embajadores en el plazo más breve posible.
Actualmente, la embajada peruana en La Paz opera bajo la dirección de un encargado de negocios. Esta situación se remonta a 2023, cuando la administración de la entonces presidenta Dina Boluarte, cesada en sus funciones el pasado octubre, retiró a la embajadora Carina Palacios. La decisión se tomó a raíz de acusaciones que señalaban al expresidente boliviano Evo Morales por presunta injerencia en asuntos internos peruanos
