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La nación boliviana fue testigo este sábado de una significativa transición de poder con la investidura del presidente Rodrigo Paz Pereira y el vicepresidente Edmand Lara. La histórica Plaza Murillo y el recinto de la Asamblea Legislativa Plurinacional se convirtieron en el epicentro de una jornada que congregó a los flamantes parlamentarios, altas autoridades del país y una nutrida representación de delegaciones internacionales.

Desde las primeras horas de la mañana, la ciudad de La Paz se vio envuelta en un intenso aguacero, consecuencia de un frente frío inestable. A pesar de la persistente lluvia que comenzó alrededor de las nueve, tanto los miembros de las fuerzas armadas, incluidos los Colorados de Bolivia, como los efectivos policiales y la multitud congregada en la Plaza Murillo, mantuvieron su posición, demostrando una notable resiliencia ante las inclemencias del tiempo.

El vicepresidente Edmand Lara, en los prolegómenos de su primer discurso oficial, se dirigió a sus familiares que no pudieron ingresar al hemiciclo por la falta de acreditaciones. En su intervención, Lara atribuyó esta situación a la gestión del expresidente Luis Arce Catacora. Más tarde, durante el protocolo de saludos, Lara aprovechó la presencia del vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, para extender un saludo especial al presidente Nayib Bukele, transmitiendo el afecto de Bolivia y el suyo propio.

La jornada también estuvo marcada por momentos de emotividad y celebración. El expresidente Jaime Paz Zamora, padre de Rodrigo Paz, no pudo contener las lágrimas durante el juramento de su hijo. Un gesto de profundo afecto que fue correspondido por el nuevo mandatario, quien le dedicó unas cálidas palabras de agradecimiento desde el estrado. En medio de la masiva concentración, se observaron espontáneos bailes que animaron el ambiente.

Posteriormente, desde la escalinata del Palacio de Gobierno, las nuevas autoridades, acompañadas por sus familias, realizaron un brindis de honor por la nación, previo al almuerzo de Estado con los invitados. El presidente Rodrigo Paz Pereira, con una exclamación de profundo patriotismo, selló el momento: ¡Viva Bolivia, viva la Patria!. La música nacional, con las tradicionales coplas chapacas, resonó en el lugar, invitando a los presentes a unirse a la celebración con más bailes.

Entre las personalidades internacionales destacadas, se encontraba el expresidente de Alemania, Christian Wulff, quien fue recibido con afecto por el presidente Paz. Wulff expresó que su presencia en este evento trascendental era una muestra de respeto y amistad, y estuvo acompañado por el embajador alemán en Bolivia, José Schulz, junto a una comitiva diplomática. Sin embargo, la llegada del presidente de Argentina, Javier Milei, generó un particular entusiasmo, siendo ovacionado en el hemiciclo y recibiendo una de las mayores ovaciones del público presente.

La ceremonia de investidura incorporó elementos simbólicos de gran relevancia, como la entrega de cuatro bastones de mando al presidente Rodrigo Paz Pereira. Estos objetos, cada uno con un significado particular, fueron otorgados por las Fuerzas Armadas, la Policía Boliviana y representantes de las naciones y pueblos indígenas originarios. Un momento adicional de solemnidad fue la bendición que la Iglesia Católica impartió al nuevo jefe de Estado

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