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Tras permanecer detenida durante 1.701 días en un centro penitenciario de La Paz, la expresidenta Jeanine Áñez recuperó su libertad el pasado 6 de noviembre. Casi un mes después, ofreció una entrevista desde Trinidad, donde busca reconstruir su vida tras la privación de libertad. En un emotivo relato, recordó con tristeza la imposibilidad de asistir al funeral de su madre y expresó disculpas a sus hijos por el sufrimiento vivido.

Áñez señaló directamente al presidente Luis Arce y al expresidente Evo Morales como los principales responsables de su encarcelamiento, calificándolo como un acto de persecución política. Denunció una “saña sin misericordia” en su contra, pero manifestó que no alberga rencores, aunque sí buscará justicia para quienes, según su versión, manipularon el sistema judicial para mantenerla presa. “Se fue el ogro y las cosas cambiaron”, afirmó.

Al referirse a sus primeros días en libertad, destacó que decidió guardar silencio para reflexionar y estar con su familia, amigos y su mascota, a quienes extrañaba profundamente. Reconoció que la reinserción no es sencilla luego de casi cinco años tras las rejas, pero mantiene la esperanza de que la justicia y el país puedan transformarse positivamente.

Sobre el sistema judicial, Áñez sostuvo que durante su encarcelamiento no existieron condiciones para una defensa justa. Señaló que enfrentó múltiples procesos judiciales sin garantías constitucionales, lo que la llevó a prescindir de abogados. Consideró que su caso debía tratarse mediante un juicio de responsabilidades y no ordinario, pero las constantes audiencias y la presión emocional la hicieron desistir de defenderse activamente.

Respecto a su fortaleza para enfrentar la prisión, mencionó que su principal motivación fue no mostrar debilidad ante sus hijos, quienes también sufrieron las consecuencias de su situación. La fe en Dios fue un pilar fundamental para sobrellevar la adversidad. Durante su reclusión, aprovechó para cumplir anhelos personales como escribir un libro y dedicarse a manualidades, actividades que le brindaron distracción y bienestar.

Entre los momentos más difíciles que vivió en el penal de Miraflores, destacó el impacto psicológico de la privación de libertad y el maltrato sufrido, especialmente hacia su hija, a quien las autoridades penitenciarias hostigaron. Aunque reconoció el daño emocional, afirmó que no guarda rencor, pero sí buscará que quienes abusaron de su poder respondan ante la justicia.

En cuanto a las relaciones forjadas en prisión, Áñez mencionó haber encontrado amistades genuinas que valoran la dignidad, a quienes planea visitar próximamente. Aclaró que no sufrió maltrato por parte de otras internas, pero sí por parte de algunas directoras del penal, quienes ejercieron hostigamiento y agresiones.

Sobre su futuro político, indicó que continuará sirviendo al país desde diferentes espacios, aunque no necesariamente desde cargos públicos. Actualmente apoya la búsqueda de candidaturas de consenso en procesos electorales locales, pero no contempla postularse personalmente. Reconoció haber experimentado discriminación por su género y condición política, y enfatizó su compromiso con la democracia y la defensa de la libertad.

Al referirse a sus verdaderos amigos, destacó que la experiencia en prisión permitió identificar quiénes son leales y quienes no, debido a la presencia del miedo, la ingratitud y la traición. Sobre su regreso a Trinidad, confesó que lo más doloroso fue no poder despedir a su madre ni acompañar el duelo familiar, mientras que lo más reconfortante ha sido reencontrarse con su entorno, su mascota y retomar actividades al aire libre.

Actualmente, Áñez se encuentra organizando su vida tras cinco años de encarcelamiento, enfrentando dificultades para adaptarse a la libertad plena. Tiene restricciones legales que limitan sus viajes, pero planea participar en eventos internacionales para compartir su experiencia como presa política y defender los derechos humanos.

Al recordar el momento de su liberación, describió una profunda sensación de libertad y compromiso con la patria, al ver el apoyo de personas que la acompañaron durante su encierro. Reiteró que su lucha fue motivada por el amor a Bolivia y la búsqueda de evitar un conflicto civil, responsabilizando a Evo Morales y a Luis Arce por la manipulación de la justicia y la persecución política en su contra.

Finalmente, dedicó un mensaje a sus hijos, a quienes pidió perdón por las consecuencias de sus decisiones y reafirmó que ellos no tuvieron ninguna culpa en el proceso que vivió

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