Los preparativos para las elecciones generales de Bolivia, programadas para el próximo domingo 17 de agosto, avanzan con una coordinación constante entre el Ministerio de Gobierno, la Policía Boliviana y las Fuerzas Armadas, en estrecha colaboración con el Tribunal Supremo Electoral. Este esfuerzo conjunto tiene como objetivo primordial garantizar la seguridad y el desarrollo ordenado de los comicios en todo el territorio nacional.

Dentro de estas acciones, la fuerza policial ha asumido un rol fundamental, no solo resguardando los centros donde se produce el material electoral, sino también facilitando su traslado seguro mediante una rigurosa cadena de custodia.

Las autoridades han recalcado que este trabajo de seguridad se mantendrá de forma ininterrumpida antes, durante y después de la jornada electoral, buscando transmitir tranquilidad y confianza a la ciudadanía boliviana. Se ha desmentido categóricamente cualquier insinuación sobre una posible prórroga del mandato del Ejecutivo, reafirmando de manera enfática que las elecciones se llevarán a cabo indefectiblemente en la fecha establecida. El gobierno actual ha reiterado su compromiso democrático y su expectativa de una transición ordenada hacia la nueva administración en noviembre.

Si bien la prioridad es asegurar un proceso electoral marcado por la armonía y la paz, se están considerando y planificando respuestas para todos los posibles escenarios de conflictividad. Se han identificado zonas específicas en los departamentos de Cochabamba, Santa Cruz y Potosí como áreas sensibles, donde existe el riesgo de que se generen disturbios que puedan obstaculizar el normal desarrollo de las elecciones. Como parte del plan operativo que se está ultimando con la Policía Boliviana, se prevé un incremento significativo de efectivos policiales en estos puntos críticos. Históricamente, en estas zonas sensibles, los conflictos han sido generados por sectores afines al expresidente Evo Morales