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El empresario y político boliviano Samuel Doria Medina ha expresado su profunda preocupación ante una serie de declaraciones emitidas por diversos candidatos chilenos, las cuales abordan temas sensibles como la relación con Bolivia, los flujos migratorios y la problemática de los vehículos robados.

Desde su perspectiva, se percibe una tendencia en ciertos círculos políticos chilenos a adoptar posturas cada vez más radicales. Doria Medina señaló que algunas de estas propuestas incluyen la posibilidad de un conflicto bélico en relación con los automotores ilícitos, mientras que otras sugieren la implementación de medidas extremas, como la instalación de campos minados en la frontera, lo que podría tener consecuencias devastadoras para los migrantes.

En este contexto, se destaca la propuesta de Sebastián Huerta, aspirante a diputado por la comuna de Arica. Huerta planteó públicamente la idea de reinstaurar zonas minadas en la frontera con Bolivia, con el objetivo de contener el ingreso de personas en situación migratoria irregular. Es importante señalar que esta acción contraviene el derecho internacional.

El candidato chileno justificó su postura argumentando que la región norte de Chile se encuentra en una situación crítica, desbordada por el crimen organizado y la migración proveniente de Bolivia. En su análisis, la zona de Arica y Parinacota enfrenta una realidad de violencia y una migración completamente desbordada, lo que, a su juicio, exige un cambio radical que incluya la remineralización de la frontera, el otorgamiento de mayores facultades a las fuerzas militares y la penalización estricta del ingreso ilegal.

Frente a estas y otras manifestaciones de la política chilena, Doria Medina interpretó tales declaraciones como respuestas cargadas de animadversión ante los avances y la prosperidad que experimenta Chile. Para el político boliviano, estas posturas revelan un profundo egoísmo y un conservadurismo extremo, constituyendo, en su opinión, remedios que resultan peores que la enfermedad que pretenden curar. Concluyó que la verdadera patología subyacente a estas expresiones es la xenofobia y el racismo

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