La selección boliviana de fútbol consiguió una victoria fundamental en su camino hacia la Copa del Mundo de 2026, superando a un combinado brasileño ya clasificado. El encuentro, disputado bajo una intensa presión para el equipo local, culminó con un solitario gol que reavivó las esperanzas mundialistas.
El único tanto del partido llegó en los minutos de adición de la primera mitad, cuando Miguel Terceros convirtió un penal. La infracción, que resultó en la pena máxima, fue cometida sobre Roberto Carlos Fernández. Desde el inicio, el equipo boliviano mostró una determinación inquebrantable, consciente de la trascendencia del resultado, mientras mantenía un ojo en el desarrollo del encuentro entre Colombia y Venezuela, cuya definición también era crucial para sus aspiraciones. La victoria colombiana por 6-3 sobre Venezuela en Maturín resultó ser un factor favorable para la causa boliviana.
El estratega de la formación brasileña, Carlo Ancelotti, optó por una disposición táctica conservadora desde el pitazo inicial, una decisión que muchos atribuyeron a la anticipación de los efectos de la altitud. En contraste, el director técnico boliviano, Óscar Villegas, desplegó a sus jugadores más adaptados a las condiciones del campo de juego. Jóvenes talentos como Moisés Paniagua, quien demostró una incansable energía en el desgaste de la defensa rival, Miguel Terceros, con sus incursiones ofensivas por la banda derecha, y Enzo Monteiro, efectivo en su rol de pivote tanto en el centro como por la izquierda, fueron elementos clave para desequilibrar a la escuadra visitante.
En la retaguardia, Carlos Lampe ofreció seguridad bajo los tres palos. Su intervención más destacada en el primer tiempo fue un despeje solvente ante un disparo de Luis Enrique a los 39 minutos. Durante este período, la ofensiva boliviana, con jugadores como Haquin, Terceros, Robson, Roberto Carlos Fernández y Monteiro, generó constantes desafíos para el arquero Alisson.
La jugada que definió el marcador se produjo tras una revisión del VAR por parte del árbitro chileno Cristian Garay, quien señaló una falta de Bruno Guimarães sobre Roberto Carlos Fernández dentro del área. Miguel Terceros asumió la responsabilidad y ejecutó el penal con precisión hacia la izquierda, superando la estirada de Alisson.
En la segunda mitad, el equipo brasileño intentó revertir la situación con cuatro sustituciones simultáneas, incluyendo la entrada de Marquinhos, Raphinha, Estêvão y João Pedro, quienes buscaron revitalizar el ataque. A pesar de los cambios, el marcador no se movió. Bolivia continuó generando oportunidades, como un potente disparo de Robson Matheus a los 70 minutos que Alisson logró contener, y una atajada impresionante del portero brasileño a un cabezazo de Carmelo Algarañaz en el minuto 86, negando así el segundo gol boliviano.
En los minutos finales, Brasil intensificó sus embates, pero la defensa boliviana resistió con firmeza. Al sonar el silbato final, la euforia se apoderó del campo, con jugadores y cuerpo técnico celebrando con gran emoción el paso que los acerca a un posible retorno a la Copa del Mundo después de 32 años.
El siguiente desafío para la selección boliviana será un hexagonal intercontinental de repechaje, programado para marzo de 2026 en México. En esta instancia, competirán otras cinco selecciones provenientes de África, Asia, Oceanía y dos de la Concacaf, buscando las dos plazas restantes para el Mundial


