El mandatario boliviano, Luis Arce, ha presentado ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas una significativa propuesta de resolución. Esta iniciativa busca reforzar los corredores de tránsito, considerándolos herramientas esenciales para el desarrollo sostenible de las naciones en desarrollo que carecen de litoral.
La medida, impulsada por Bolivia en su rol de presidencia del grupo de estos países, tiene como objetivo primordial mejorar la integración tanto económica como social de las 32 naciones que enfrentan mayores desafíos y costos al intentar acceder a los mercados globales. Se enfatizó que la nación andina, en su liderazgo del bloque de países en desarrollo sin litoral, promoverá activamente esta resolución de la ONU, la cual concibe a los corredores de tránsito como poderosos catalizadores de un desarrollo sostenible, inclusivo y equitativo.
Se argumentó que la exclusión de los países en desarrollo sin litoral de la edificación de una economía global verdaderamente sostenible e inclusiva representa un obstáculo para el logro de un desarrollo universal. Para que la economía mundial pueda ser resiliente y equitativa, se considera fundamental la plena integración de estas naciones.
Entre los avances significativos logrados hasta la fecha por el grupo de países en desarrollo sin litoral, se resaltaron la aprobación por consenso del Día Internacional de Concienciación sobre las Necesidades y Desafíos Especiales que enfrentan estas naciones, la creación de un grupo de negociación dentro del marco de la Convención de Cambio Climático, y el lanzamiento de la Red Global de Negocios específica para países sin litoral.
Asimismo, se reconoció el valioso apoyo brindado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, y por la comunidad internacional. Este respaldo ha sido crucial para proteger áreas programáticas centrales que benefician directamente a los países menos adelantados, a los estados sin litoral y a los pequeños estados insulares en desarrollo.
La intervención concluyó subrayando la imperiosa necesidad de la cooperación internacional. Esta colaboración es vista como la clave para asegurar que la década actual se convierta en un período de transformación para los más de 560 millones de personas que residen en países sin litoral, allanando el camino hacia un futuro más próspero, sostenible, inclusivo y resiliente


