La reciente intensificación de la vigilancia en las fronteras de Bolivia responde a la inquietud generada por un amplio operativo policial en una nación vecina, dirigido contra una importante organización criminal. Este despliegue de fuerzas del orden, que resultó en un elevado número de bajas, ha puesto en alerta a la región ante la posibilidad de que grupos delictivos busquen refugio en territorios adyacentes.
Las autoridades bolivianas han puesto en marcha un esquema de seguridad anticipatorio, denominado Escudo de Hierro, que cuenta con el apoyo de los organismos de inteligencia y el respaldo de las Fuerzas Armadas. Este plan estratégico busca proteger la soberanía nacional a través de una mayor coordinación de inteligencia con naciones vecinas y el fortalecimiento de las acciones de prevención por parte de la Policía y las unidades antinarcóticos.
Se han identificado puntos de cruce irregulares como zonas de alta vulnerabilidad, especialmente en los departamentos de Beni, Pando y Santa Cruz, cuyas fronteras se caracterizan por su geografía selvática y fluvial. La coordinación con la Fuerza Naval es crucial en Pando y Beni, donde los ríos son frecuentemente utilizados para actividades ilícitas. En Guayaramerín, por ejemplo, la presencia policial se ha consolidado de forma sostenida.
Los controles se han extendido a municipios cruceños como San Matías y Puerto Suárez, que limitan con el estado brasileño de Mato Grosso y la ciudad de Corumbá. En estas localidades, se han establecido puntos de control estratégicos que abarcan vías terrestres, ferroviarias y fluviales. El personal policial desplegado en estos tres departamentos proviene de diversas ciudades capitales, aunque el número exacto de efectivos no ha sido divulgado por razones estratégicas de seguridad.
Como resultado de estas acciones de control fronterizo, las fuerzas de seguridad bolivianas lograron la aprehensión y posterior entrega a las autoridades brasileñas de Ocian Brito Luna, un individuo con un historial de dieciocho causas penales pendientes en su país de origen.
El plan Escudo de Hierro también contempla operativos preventivos dentro de Santa Cruz de la Sierra, una urbe considerada un polo de atracción para organizaciones delictivas debido a su envergadura y desarrollo urbano. Los sectores bajo especial observación en la capital cruceña incluyen el Plan 3.000, Villa Primero de Mayo, Pampa de la Isla, Los Tusequis, así como las zonas central y norte. Se ha enfatizado que cualquier información de inteligencia será procesada con la máxima celeridad. Se ha expresado reconocimiento a los esfuerzos de la nación vecina en la lucha contra el narcotráfico, manteniendo una vigilancia constante ante posibles repercusiones indirectas, dada la naturaleza transnacional del crimen organizado.
En el ámbito político, mientras el gobierno saliente ha reiterado que la erradicación del crimen organizado debe ejecutarse con determinación, salvaguardando siempre la vida y los derechos fundamentales, el presidente electo ha instado a un resguardo fronterizo inmediato frente a la eventual migración de grupos criminales.
El Escudo de Hierro continuará operando con una vigilancia ininterrumpida, tanto en las zonas fronterizas como en las áreas urbanas, para prevenir que organizaciones extranjeras busquen infiltrarse y establecerse.
En el país vecino, una reciente operación de seguridad estuvo dirigida a la aprehensión de los líderes principales de la organización criminal más antigua y poderosa de Río de Janeiro, con extensión a nivel nacional. Las cifras oficiales de víctimas mortales ascienden a 121, si bien otras entidades públicas reportan un total de 132 decesos, incluyendo a cuatro agentes policiales.
Esta operación se desarrolló en los densos conglomerados urbanos de Penha y Alemão, hogar de aproximadamente 200.000 habitantes en una región de bajos recursos. Los combates se extendieron a las áreas boscosas de las colinas adyacentes a estos asentamientos. El resultado de la operación incluyó la detención de 113 individuos, la custodia de diez menores, la incautación de 119 armas de fuego, catorce explosivos y varias toneladas de estupefacientes
