El estadio Real Santa Cruz fue escenario de un enfrentamiento de alta intensidad entre Blooming y Bolívar, un partido que culminó con un inusual número de siete expulsiones. Lo que comenzó como un duelo deportivo se transformó en un espectáculo de fricción y controversia, dejando a más jugadores fuera que dentro del campo de juego.
Desde el pitido inicial, la atmósfera era palpable. El terreno, visiblemente afectado por una copiosa lluvia previa, se encontraba pesado y resbaladizo, condiciones que propiciaron un juego físico y elevadas tensiones. Los futbolistas no solo lidiaban con la oposición rival, sino también con las dificultades impuestas por el estado del campo, lo que exacerbó los ánimos desde los primeros compases.
El control del encuentro por parte del árbitro Jordy Alemán se vio seriamente comprometido tras una jugada clave. Un despeje largo del portero Carlos Lampe encontró a Damián Batallini, quien se enfrentó en un mano a mano con el guardameta Braulio Uraezaña. Este último logró desbaratar la oportunidad, pero Batallini cayó al suelo y reclamó una pena máxima, la cual no fue concedida por el colegiado.
Este incidente desencadenó una confrontación masiva. Uraezaña se dirigió al delantero de Bolívar, profiriendo improperios mientras este aún permanecía tendido. Inmediatamente, los jugadores visitantes intervinieron en defensa de su compañero, a lo que los futbolistas locales replicaron. Una serie de empujones, altercados verbales y agresiones físicas derivó en una gresca generalizada. Ante la magnitud de la situación, Alemán procedió a expulsar a Braulio Uraezaña, Saúl Severiche y Santiago Etchebarne de Blooming, así como a Daniel Cataño, Leonel Justiniano y Damián Batallini de Bolívar. Con seis jugadores menos en total, el partido se reanudó con ocho futbolistas por bando.
Blooming había tomado la delantera a los 33 minutos con un gol de Etchebarne. Sin embargo, la intensidad no disminuyó. En la segunda mitad, Patricio Rodríguez logró el empate para Bolívar a los 52 minutos. Poco después, a los 60 minutos, el equipo cruceño sufrió una nueva expulsión con la salida de Denilson Durán, quedando con solo siete hombres en el campo. A pesar de la notable inferioridad numérica, resistieron con determinación.
No obstante, el esfuerzo no fue suficiente. En el minuto 90, Ecleison Freitas selló la victoria para Bolívar con una destacada acción individual, culminando el marcador 2-1 y frustrando las esperanzas de un Blooming que había desplegado un gran desgaste físico. El encuentro, además de las siete expulsiones, estuvo marcado por ocho amonestaciones y un penal fallado por Martín Cauteruccio en la primera mitad, consolidándose como un partido de gran dramatismo


