El Tribunal de Ética de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) emitió un fallo el 3 de diciembre que permite a Ronald Raldes retomar su cargo como presidente de Oriente Petrolero, tras modificar la sanción que pesaba sobre él desde julio. La suspensión de un año fue anulada, quedando únicamente una multa de 500 dólares que deberá ser cancelada en un plazo de diez días. Según el tribunal, no existen pruebas suficientes que vinculen a Raldes con los audios que motivaron la investigación por supuesta conspiración contra el presidente de la FBF, Fernando Costa.
Raldes había presentado un recurso de revisión extraordinaria el 4 de noviembre, argumentando errores en el proceso y falta de evidencias en su contra. Además, incorporó nueva documentación el 28 de noviembre, incluyendo la resolución que impuso multas a otros involucrados en el caso, como Marcelo Claure y Rodrigo Quirós. Aunque el tribunal reconoció la participación pasiva de Raldes en una reunión donde se discutieron acciones contra la dirigencia federativa, consideró que no alcanzó un nivel de responsabilidad que justificara una suspensión prolongada, por lo que decidió flexibilizar la sanción y habilitarlo nuevamente.
La decisión generó una fuerte reacción negativa en un sector importante de la afición. Diversas agrupaciones de hinchas y socios autoconvocados, entre ellas Los de Prefe, Los de Siempre, la Asociación de Coleccionistas y La General, emitieron un comunicado conjunto rechazando la continuidad de Raldes al frente del club. En el documento expresan que su gestión ha provocado una crisis institucional y deportiva profunda, y que su restitución no aporta confianza ni estabilidad, generando malestar generalizado entre la hinchada, socios y la comunidad orientista en general.
Estas agrupaciones exigen que Raldes renuncie y solicite a la Comisión Electoral de la FBF la reducción de su mandato, con el propósito de convocar a elecciones anticipadas que permitan renovar por completo el Comité Ejecutivo del club. Según el comunicado, Oriente Petrolero requiere un nuevo liderazgo capaz de restaurar la institucionalidad y devolver la grandeza al equipo.
El ambiente en el club se encuentra tensionado, aunque desde el entorno de Raldes consideran que el rechazo puede ser manejado, recordando que el dirigente ya enfrentó críticas en su primera gestión. Sin embargo, la situación entre socios e hinchas se complica en un momento crucial para la estabilidad institucional, y la decisión definitiva sobre su continuidad aún está pendiente, con un panorama que parece cada vez más convulso
