Tras la contundente derrota sufrida en la Consulta Popular del 16 de noviembre de 2025, varios ministros del gabinete de Daniel Noboa presentaron la renuncia a sus cargos, reflejando la profunda crisis política que atraviesa el Ejecutivo. La votación, que rechazó las cuatro propuestas planteadas por el Gobierno, desencadenó una serie de movimientos internos que evidencian la urgencia de una reestructuración en la administración presidencial.
El Consejo Nacional Electoral confirmó que la ciudadanía rechazó de manera mayoritaria las iniciativas presentadas, entre las que destacaban la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la autorización para la instalación de bases militares extranjeras en el país. Además, fueron desestimadas las propuestas de reducir el financiamiento público a los partidos políticos y disminuir el número de asambleístas.
La reacción inmediata de los ministros y secretarios de Estado, quienes pusieron sus cargos a disposición poco después del cierre del escrutinio, fue interpretada como un acto de responsabilidad política ante el revés electoral. Aunque el Gobierno calificó esta práctica como habitual tras procesos electorales, la magnitud del rechazo generó preocupación en el círculo cercano al presidente.
Esta derrota coloca a Noboa en una posición delicada, debilitando su imagen frente a la opinión pública y provocando cuestionamientos dentro de su propio equipo. Asimismo, enfrenta presiones crecientes de distintos bloques legislativos que interpretan el resultado como un golpe directo a su liderazgo, lo que podría influir en la dinámica política y en la toma de decisiones en los próximos meses


