El proyecto múltiple San Jacinto enfrenta una significativa reducción en su área de influencia debido a la proliferación de loteamientos ilegales y urbanizaciones no autorizadas. Según confirmó José Valdez Bustos, gerente del proyecto, la superficie destinada a la producción agrícola ha disminuido aproximadamente un 20%, afectando la viabilidad del desarrollo en la zona.
Valdez señaló que en sectores como Torrecillas, Morros Blancos, El Temporal y El Portillo, se han establecido urbanizaciones que invaden el territorio originalmente destinado para el proyecto. Incluso, en áreas como Santa Ana La Vieja, ya se contabilizan alrededor de 300 familias asentadas en construcciones irregulares, lo que representa un avance considerable de estas ocupaciones.
Estas actividades no reguladas ponen en riesgo la sustentabilidad del proyecto, ya que la reducción de la superficie cultivable impacta directamente en la capacidad de riego y producción agrícola. Esto, a su vez, afecta la posibilidad de obtener financiamiento, dado que los acreedores evalúan la extensión del área de riego como garantía para otorgar créditos destinados a mejoras, como el cambio de tuberías.
Cuando se le consultó sobre la autoridad responsable de aprobar estas urbanizaciones, Valdez indicó que dichas construcciones son ilegales y que existe una normativa nacional que protege el área de influencia de San Jacinto, la cual está orientada a la producción agrícola, el paisajismo y el turismo. Sin embargo, hasta el momento no se ha observado una intervención efectiva de las instituciones encargadas de hacer cumplir estas disposiciones.
El avance de estas urbanizaciones no solo afecta la producción agrícola, sino que también compromete la integridad del entorno natural, incluyendo el lago que forma parte del proyecto, poniendo en riesgo su conservación a mediano y largo plazo. La falta de control y supervisión sobre estas ocupaciones ilegales continúa siendo un desafío para la preservación del proyecto San Jacinto y sus objetivos productivos y ambientales


