La construcción del Hospital Oncológico en Tarija avanza de manera constante, aunque la edificación de una estructura auxiliar fundamental, conocida como el búnker, se encuentra actualmente en pausa.

Más de noventa personas trabajan en el lugar, y el proyecto ha alcanzado un progreso físico del 40%. Se prevé una ampliación del plazo para la finalización de la obra. Esta modificación se debe a la necesidad de contratar una nueva empresa tras la resolución del contrato original y a la implementación de diversos ajustes técnicos. A pesar de estos factores, la construcción general sigue su curso y se espera que concluya según lo programado.

El búnker está concebido como una instalación independiente y adyacente al complejo hospitalario principal. Si bien su ubicación ya ha sido definida, la ejecución de esta estructura especializada de hormigón, cuyas paredes superarán el metro de espesor, aún no ha comenzado. Su diseño particular depende de las características técnicas exactas del equipo que albergará: un acelerador lineal con requisitos operativos muy específicos.

Las especificaciones técnicas cruciales para este equipamiento deben ser proporcionadas por el gobierno central, a través del Ministerio de Salud. Sin esta información detallada, que incluye dimensiones como el largo y el ancho, las instalaciones internas requeridas y los protocolos de conexión con otros dispositivos médicos, la construcción del búnker no puede iniciarse. Las autoridades locales han manifestado su inquietud por la ausencia persistente de estos datos esenciales, a pesar de las reiteradas solicitudes.

La administración regional ha garantizado los recursos necesarios para la culminación del proyecto, destinando 25 millones de bolivianos para la infraestructura y 6 millones adicionales para la supervisión, lo que eleva la inversión total a más de 30 millones de bolivianos