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El expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha delineado su posición de cara a la segunda vuelta electoral del 19 de octubre, afirmando que no promoverá el voto nulo ni ofrecerá su respaldo a ninguno de los dos contendientes por la Presidencia, Rodrigo Paz y el también exmandatario Jorge Tuto Quiroga.

Esta declaración marca un cambio respecto a la primera ronda de comicios, celebrada el 17 de agosto, donde Morales (quien gobernó de 2006 a 2019) había impulsado activamente el voto nulo. En aquella ocasión, el exjefe de Estado no pudo participar como candidato debido a la ausencia de un partido político propio y a una resolución constitucional que impedía su reelección. Su argumento entonces era que ninguno de los aspirantes representaba verdaderamente al pueblo boliviano.

Durante la campaña de la primera vuelta, Morales y sus seguidores realizaron esfuerzos significativos en todo el país para fomentar el voto nulo. Sin embargo, el político no pudo desplazarse fuera de su área de influencia, ya que pesa sobre él una orden de captura por un caso de trata agravada de personas, relacionado con la supuesta paternidad de un hijo con una menor de edad durante su mandato presidencial. Actualmente, se encuentra resguardado por cientos de sus simpatizantes, quienes buscan evitar su detención.

El exmandatario ha desmentido categóricamente cualquier rumor de acercamiento o acuerdo con las formaciones políticas que apoyan a Paz Pereira y Tuto Quiroga. Indicó que, lamentablemente, algunos estaban usando su nombre de forma indebida, y enfatizó: Es falso, totalmente falso, quiero negarlo. Tenemos principios, tenemos valores, no vamos a estar acordando con la derecha.

En la primera vuelta, el voto nulo alcanzó un 19,78 % del total. Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se impuso con el 32,06 % de los sufragios, mientras que Jorge Tuto Quiroga, de la alianza Libre, obtuvo el 26,70 %. La legislación electoral boliviana estipula que, si ningún candidato logra más del 50 % de los votos más uno, o al menos el 40 % con una ventaja de diez puntos sobre su rival más cercano, se debe realizar una segunda vuelta. Esta será la primera vez en la historia democrática del país andino que se celebra un balotaje presidencial.

Previamente, Morales intentó postularse como candidato presidencial a través de un partido ajeno, tras haber perdido el liderazgo histórico de casi tres décadas del Movimiento al Socialismo (MAS). No obstante, el Partido de Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL), con el que pretendía participar, fue descalificado y perdió su personería jurídica ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

El MAS, por su parte, obtuvo un modesto 3,17 % de los votos en estas elecciones, salvándose por poco de la desaparición como agrupación política, ya que la normativa del TSE establece que un partido debe perder su personería jurídica si no alcanza al menos el 3 % de los sufragios. Este resultado marca el fin de casi veinte años de gobiernos del MAS, en un contexto de profunda división interna y el notorio distanciamiento entre Morales y el actual presidente Luis Arce desde finales de 2021

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