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La reciente derrota sufrida por el conjunto celeste frente a Wilstermann ha dejado una sensación de frustración en el seno del equipo. A pesar de haber tomado la delantera con una anotación de Martín Cauteruccio, la escuadra no logró mantener su ventaja y terminó cediendo el marcador ante la reacción del oponente.

Al concluir el encuentro, el director técnico Flavio Robatto analizó el desempeño de sus dirigidos, indicando que, a pesar de haber mantenido el dominio del juego y de haber tenido la oportunidad de ampliar la ventaja a dos goles, la falta de acierto en las decisiones ofensivas resultó costosa, permitiendo al rival capitalizar dos acciones que derivaron en sus anotaciones. El estratega de origen argentino admitió que su equipo generó ocasiones para igualar el marcador, pero no consiguió materializarlas. A pesar del revés, el estratega destacó que el ánimo del plantel no está decaído, recordando la reciente racha positiva del equipo y aceptando la naturaleza impredecible del deporte.

Martín Cauteruccio, el artillero que consiguió el único tanto del conjunto, también ofreció una perspectiva autocrítica. Reconoció una deficiencia en la contundencia al momento de la definición, a pesar de haber generado múltiples ocasiones. El delantero uruguayo enfatizó que las derrotas siempre son dolorosas, pero deben ser vistas como valiosas oportunidades de aprendizaje. Subrayó la importancia de considerar esta derrota como una lección crucial, especialmente ante la proximidad de compromisos de gran relevancia.

Ambos, el técnico y el delantero, coincidieron en la necesidad de mantener la convicción en el trabajo realizado y en la estrategia adoptada. A pesar de lo duro que resultan estos tropiezos, reafirmaron que son inherentes al desarrollo del fútbol y que el camino a seguir es el de la perseverancia y la confianza en la propia propuesta

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