Despliegue de 1.880 efectivos para combatir el contrabando de alimentos y carburantes en el país.
Las Fuerzas Armadas de Bolivia han aumentado su presencia en todo el territorio nacional con el fin de combatir el contrabando, especialmente de alimentos y carburantes. Con el despliegue de 1.880 efectivos y la coordinación con el Comando Estratégico Operacional, se busca frenar el contrabando a la inversa y garantizar el abastecimiento de productos subvencionados en el país.
Las Fuerzas Armadas han intensificado su presencia en todo el territorio nacional con el despliegue de 1.880 efectivos para combatir el contrabando, especialmente de alimentos y carburantes. Esta acción se lleva a cabo en coordinación con el Comando Estratégico Operacional y tiene como objetivo frenar el contrabando a la inversa, es decir, la salida ilegal de productos subvencionados hacia países vecinos.

El viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Luis Velásquez, explicó que se han establecido 94 puestos de control distribuidos en tres líneas estratégicas: la frontera como primera línea, las carreteras principales y secundarias como segunda, y los mercados como tercera. Además, se han ampliado las patrullas militares a zonas donde antes no se contaba con cobertura, lo que ha permitido afectar al contrabando por un valor superior a Bs 1,4 millones en las últimas 24 horas.

Uno de los decomisos más relevantes tuvo lugar en Uncía, donde una unidad militar confiscó 900 cajas de aceite. Tras el decomiso, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) fue convocado para la verificación correspondiente, y se coordinará con la Aduana Nacional y la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) para definir el destino final de los productos incautados.

Además del aceite, se informó que se confiscaron más de 40 garrafas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) de contrabando y más de 100 quintales de azúcar en los operativos realizados en el marco del plan gubernamental de lucha contra el contrabando. El esfuerzo se ha centrado en combatir tanto el contrabando tradicional como el contrabando a la inversa, con el objetivo de asegurar el abastecimiento de combustibles y alimentos en el país.
El gobierno boliviano ha intensificado sus esfuerzos para combatir el contrabando, logrando importantes decomisos en diferentes operativos. La presencia de las Fuerzas Armadas en la lucha contra esta actividad ilegal es crucial para asegurar la seguridad y el abastecimiento de alimentos y combustibles en el país.

El gerente de operaciones de Crama Leoncio León detalla los cambios en los precios de alimentos clave en la región.
El mercado de productos agrícolas y cárnicos experimenta importantes fluctuaciones de precios, lo que podría afectar el presupuesto de las familias y el comportamiento de compra de los consumidores.
El gerente de operaciones de Crama Leoncio León proporcionó información detallada sobre los precios de diversos productos agrícolas y cárnicos, destacando importantes variaciones que impactarán en el bolsillo del consumidor. En cuanto a las hortalizas, la lechuga se sitúa en 50 bolivianos la canasta, mientras que la escarola y la variedad conocida como “señorita” alcanzan los 50 y 55 bolivianos respectivamente. La zanahoria ha experimentado un incremento significativo, llegando a los 200 bolivianos la caja y 8 bolivianos la cuartilla, lo que representa un aumento considerable en comparación con periodos anteriores.

En el caso de las papas, se observa una marcada fluctuación en los precios. La papa lisa se encuentra en 500 bolivianos la carga y 20 bolivianos la cuartilla, mientras que la papa roja está a 240 bolivianos la carga y 35 bolivianos la arroba. La papa negra presenta valores de 300 bolivianos la carga y 35 bolivianos la arroba, lo que indica una diversidad de precios que reflejan la situación del mercado agrícola en la región.

En cuanto a otras hortalizas, el quintal de zapallo se ubica en 120 bolivianos, con la cuartilla oscilando entre 10 y 12 bolivianos. El tomate, un producto de alta demanda, se encuentra a 60 bolivianos la caja, y la variedad perita a 50 bolivianos, con la cuartilla a 12 y 10 bolivianos respectivamente. Por otra parte, la oca se vende a 100 bolivianos el quintal y 10 bolivianos la cuartilla, mientras que la cebolla se sitúa en 250 bolivianos el quintal y 16 bolivianos la cuartilla, mostrando una variabilidad en los precios de las hortalizas que puede incidir en el presupuesto familiar.

En lo que respecta a las frutas, se observa que los precios se mantienen en un rango de 100 a 70 bolivianos, con la docena a 10 bolivianos. La banana se comercializa entre 5 y 7 bolivianos la docena, mientras que las manzanas rojas tienen un precio que oscila entre 25 y 30 bolivianos la docena, lo que sugiere una estabilidad relativa en estos productos.

En relación a las carnes, se reporta que el pollo se encuentra entre 21 y 22 bolivianos, el cerdo a 38 bolivianos y el cordero a 28 bolivianos por kilogramo. La carne de res presenta valores de 56 a 58 bolivianos, la carne con hueso en 48 bolivianos, la carne molida en 24 bolivianos y el puchero en 22 bolivianos, lo que refleja una variedad de precios en el sector cárnico que podría influir en las decisiones de compra de los consumidores.

En resumen, los precios de los productos agrícolas y cárnicos han experimentado variaciones significativas según el reporte proporcionado por el gerente de Crama Leoncio León, lo que podría impactar en el presupuesto de las familias y en el comportamiento del mercado local. Ante esta situación, los consumidores deberán estar atentos a los cambios en los precios y ajustar sus decisiones de compra en función de la disponibilidad y costos de los alimentos en el mercado.
Los consumidores deben estar alerta a los cambios en los precios de alimentos y adaptar sus decisiones de compra según la disponibilidad y costos en el mercado.

La asambleísta Carmen Valencia muestra preocupación por la situación de crisis en Tarija y se une a protesta cívica.
La asambleísta departamental de Tarija, Carmen Valencia, ha mostrado su preocupación por la escasez de alimentos y los altos costos de medicamentos en la región, sumándose a una marcha para visibilizar estos problemas.
La asambleísta departamental de Tarija, Carmen Valencia, ha expresado su profunda inquietud ante la difícil situación de desabastecimiento de productos básicos y los altos costos de los medicamentos en la región. Esta preocupación la ha llevado a sumarse a la marcha convocada por el Comité Cívico, en un intento por visibilizar y abordar los problemas que aquejan a la población tarijeña.

Valencia ha enfatizado que la escasez de alimentos de la canasta familiar y la crisis en el sistema de salud han generado un panorama preocupante para muchas familias en el departamento. En sus declaraciones, la legisladora ha criticado la falta de coordinación a nivel nacional, particularmente en el contexto del Sistema Único de Salud (SUS), señalando que la revisión de los precios de los medicamentos llega tarde, a pesar de que los incrementos vienen siendo una realidad desde hace más de un año.

La asambleísta ha resaltado las dificultades que enfrentan especialmente las mujeres que luchan contra enfermedades graves, como el cáncer, así como los grupos más vulnerables de la sociedad, como ancianos y niños, quienes se ven más afectados por la imposibilidad de acceder a tratamientos a causa de los elevados costos de los fármacos.

En este sentido, Valencia ha reiterado su apoyo a la movilización liderada por el Comité Cívico, al considerar que es crucial alzar la voz en favor de aquellos que están padeciendo las consecuencias más duras de la crisis económica y sanitaria en Tarija. La asambleísta ha manifestado su compromiso con la causa, subrayando la importancia de buscar soluciones concretas para garantizar el acceso equitativo a los productos básicos y servicios de salud esenciales para toda la población del departamento.
Carmen Valencia destaca la importancia de buscar soluciones concretas para garantizar el acceso equitativo a productos básicos y servicios de salud en Tarija.

Descubre cómo las familias tarijeñas están adaptando sus hábitos alimenticios para hacer frente a la crisis económica.
Ante el constante aumento del precio de la carne en Tarija, las familias se ven en la necesidad de buscar alternativas más accesibles y saludables para diversificar su dieta diaria. Descubre las propuestas culinarias y nutricionales que están surgiendo para sustituir la carne sin renunciar al sabor ni a los nutrientes esenciales.
Ante la creciente preocupación de las familias en Tarija por el incremento constante del precio de la carne en los mercados locales, se ha desatado una tendencia en la búsqueda de alternativas más económicas y saludables para diversificar la dieta diaria. Consumidores han expresado que se han visto obligados a reducir la frecuencia con la que adquieren carne debido a la situación económica actual, lo que ha generado un replanteamiento en sus hábitos alimenticios.

En respuesta a esta problemática, han surgido diversas propuestas culinarias y nutricionales que buscan sustituir la carne sin sacrificar sabor ni valor nutricional. Entre las iniciativas más destacadas se encuentran recetas que hacen uso de ingredientes fácilmente accesibles en el mercado local, brindando a las familias afectadas opciones viables para afrontar la crisis económica.

Una de las propuestas más populares es la utilización de lentejas como sustituto de la carne en platos como albóndigas o hamburguesas vegetarianas. A través de una cuidadosa cocción y la combinación de condimentos como orégano, ajo, cebolla y comino, se logra una masa compacta que, al dorarse en sartén, ofrece un plato económico, sabroso y rico en proteínas.

Asimismo, se promueve el empleo de ingredientes como huevo y avena como base para la preparación de croquetas o milanesas vegetarianas. Mezclando estos elementos con queso rallado y especias, se forman medallones que pueden ser cocinados al horno o en sartén, ofreciendo una opción rendidora y atractiva, especialmente para los más pequeños del hogar.

A pesar de no ser tan tradicional en la gastronomía local, el tofu se ha posicionado como una alternativa cada vez más popular al sustituir la carne en diversos platos. Su versatilidad le permite ser utilizado en salteados con verduras o en guisos, absorbiendo los sabores de manera eficiente. Igualmente, el uso de hongos frescos o en conserva ha ganado adeptos, gracias a su textura carnosa que se integra de forma ideal en sopas, pasteles salados y rellenos.

Para aquellos que prefieren mantener un consumo moderado de proteína animal, se sugiere alternar con opciones como huevo, charque desmenuzado o incluso pescado enlatado, que, a pesar de también haber experimentado un incremento en su precio, continúan siendo alternativas más accesibles que la carne vacuna o de cerdo.

“Es fundamental diversificar nuestra alimentación y no depender exclusivamente de la carne para satisfacer nuestras necesidades nutricionales”, señaló una nutricionista del hospital San Juan de Dios. En tiempos de crisis como la actual, es crucial explorar las diversas fuentes de proteínas vegetales disponibles que pueden complementar de manera efectiva nuestra dieta diaria.

Estas nuevas propuestas culinarias no solo representan una estrategia para hacer frente al impacto económico en los hogares tarijeños, sino que también fomentan una alimentación consciente, variada y saludable. La adaptación de estas recetas en el día a día no solo contribuye al bienestar de las familias, sino que abre paso a una mayor exploración de sabores y opciones culinarias en la región.
La diversificación de la alimentación en Tarija no solo es una respuesta a la crisis económica, sino una oportunidad para promover hábitos más conscientes y variados. La integración de nuevas recetas en la rutina diaria no solo beneficia la economía familiar, sino que también abre la puerta a una exploración culinaria enriquecedora.