Manifestantes en La Paz expresan su malestar ante la crisis económica y la especulación de precios.
Una protesta en la plaza Murillo de La Paz reunió a ciudadanos indignados por el aumento de precios de productos básicos, destacando el aceite comestible. La manifestación reflejó el descontento de la sociedad boliviana ante la difícil situación económica actual.
Un grupo numeroso de manifestantes se congregó en la plaza Murillo de La Paz en una protesta que tuvo como eje central el alza de precios de productos básicos, específicamente el aceite comestible, generando un llamado de atención en una de las principales zonas de poder político de Bolivia. La manifestación, que incluyó el peculiar sonido de cacerolas vacías, simbolizando la falta de alimentos, buscaba expresar el malestar de los ciudadanos ante la situación económica actual.

Durante la protesta, se escucharon voces de descontento entre los manifestantes, quienes señalaron la dificultad de adquirir alimentos básicos debido a la constante subida de precios. Una mujer expresó con indignación: “Por el dólar, no hay medicamento, por el dólar no hay comida para darles a nuestros hijos, por el dólar no hay combustible”. Este sentimiento de urgencia y desesperación por la crisis económica se reflejó en las palabras de los participantes, quienes cuestionaron hasta cuándo tendrían que soportar esta situación.

En referencia al precio del aceite comestible, el Gobierno establece que el costo por litro debería ser de Bs 14, sin embargo, en los mercados se observa una venta a precios significativamente más altos, llegando incluso a los Bs 20 y más. Ante esta disparidad, el viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, denunció prácticas desleales por parte de comerciantes mayoristas, quienes estarían adquiriendo este producto de manera irregular para luego revenderlo con fines lucrativos.

Siles reveló que se ha identificado que los mayoristas están comprando aceite de las tiendas de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) y de supermercados privados, para posteriormente revenderlo a precios elevados. Esta situación ha generado un llamado de atención por parte de las autoridades, quienes han iniciado conversaciones con los gerentes de supermercados para regular la comercialización del aceite comestible y evitar estas prácticas abusivas.

En medio de esta crisis de precios y escasez de productos básicos, la sociedad boliviana busca respuestas concretas por parte de las autoridades, exigiendo medidas que garanticen el acceso a alimentos a precios justos para todos los ciudadanos.
La crisis de precios y escasez de productos básicos en Bolivia ha generado un llamado de atención a las autoridades para tomar medidas que garanticen el acceso a alimentos a precios justos para todos los ciudadanos.

La falta de aceite a granel y su encarecimiento generan largas filas y preocupación entre los compradores en Sucre.
El Mercado Campesino de Sucre se ha convertido en escenario de preocupación para los consumidores que buscan aceite comestible a granel, un producto que escasea y se ha encarecido en los últimos meses. La situación ha obligado a las familias a replantear sus hábitos de compra y recurrir a opciones más accesibles en medio de la crisis.
El Mercado Campesino de Sucre se ha convertido en escenario de largas filas y preocupación para los consumidores en busca de aceite comestible a granel, un producto que ha experimentado una marcada escasez y encarecimiento en los últimos meses. Según pudo constatar el equipo de Periodismo que Cuenta durante una visita este sábado, día de feria, cientos de personas se congregaron desde tempranas horas con la esperanza de adquirir al menos un litro del preciado producto.

Actualmente, el aceite a granel se comercializa a 17 bolivianos el litro en el mercado local, mientras que un envase de 900 ml en botella sellada alcanza un costo de hasta 23 bolivianos, más del doble de su precio habitual en años anteriores. Esta situación ha obligado a muchas familias a replantear sus hábitos de compra y recurrir al aceite a granel como única opción accesible en medio de la crisis.

Testimonios recogidos en el mercado reflejan la preocupación y la incomodidad de los consumidores frente a esta realidad. Magui, una joven madre que esperaba en la fila con su bebé en brazos, compartió su experiencia: “Nunca había comprado aceite a granel, ahora lo tengo que hacer, porque no hay o está demasiado caro”. Otros compradores, como Álvaro, expresaron su frustración por tener que dedicar tiempo y esfuerzo para conseguir un producto esencial en su dieta diaria.

Detrás de esta escalada de precios y escasez, los productores señalan diversos factores determinantes. Entre ellos se destacan las restricciones a la exportación de soya, materia prima fundamental para la elaboración de aceite, el contrabando que desvía grandes volúmenes del producto hacia mercados extranjeros, la especulación y acaparamiento en el mercado interno, así como la deficiente regulación en los mercados mayoristas y minoristas que propician márgenes de beneficio excesivos.

Ante este panorama, la incertidumbre y la preocupación persisten entre los consumidores, quienes ven cómo un producto básico como el aceite se convierte en un desafío más en su economía familiar. La situación plantea la necesidad de abordar de manera integral las causas que han llevado a esta crisis, a fin de garantizar el acceso equitativo a alimentos esenciales para la población.
La escalada de precios y escasez de aceite comestible en Sucre refleja la necesidad de abordar integralmente las causas que han llevado a esta crisis, garantizando el acceso equitativo a alimentos esenciales para la población.