
La selección boliviana de fútbol se encuentra en el centro de una significativa controversia por dopaje que amenaza con alterar su trayectoria en las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a la Copa Mundial de 2026. La situación ha puesto bajo el escrutinio internacional tanto a la Federación Boliviana de Fútbol como al propio combinado nacional.
Dos de sus mediocampistas clave, Ramiro Vaca y Boris Céspedes, arrojaron resultados positivos en controles antidopaje. El caso de Céspedes se reveló tras el encuentro de Bolivia contra Uruguay el 25 de marzo de 2025. El jugador, que milita en el Yverdon-Sport FC de Suiza, fue suspendido provisionalmente al detectarse acetazolamida en su organismo, una sustancia prohibida por su capacidad para enmascarar otros compuestos. Céspedes ha manifestado que la sustancia le fue administrada como parte de un tratamiento para los síntomas del mal de altura, una condición frecuente en partidos disputados en localidades de gran altitud como El Alto y La Paz, sedes habituales de la selección boliviana. No obstante, la acetazolamida está incluida en la lista de sustancias vetadas por el Código Mundial Antidopaje (WADA), y su uso sin una Autorización de Uso Terapéutico (AUT) conlleva sanciones severas, pudiendo enfrentar una inhabilitación de hasta dos años.
Por su parte, Ramiro Vaca también dio positivo, aunque por una sustancia distinta, ostarine, un agente conocido por promover el aumento de masa muscular. Esta detección se produjo tras un partido de Copa Libertadores. Vaca permanece suspendido de manera provisional mientras se profundiza la investigación.
Estas revelaciones salieron a la luz pública poco antes de una crucial doble fecha de las Eliminatorias Sudamericanas 2025, en la que Bolivia debe medirse a Colombia y Venezuela. La situación ha generado inquietud entre las demás selecciones, particularmente por las posibles sanciones que la FIFA y la CONMEBOL podrían imponer al equipo boliviano. De confirmarse las irregularidades, Bolivia podría perder hasta siete puntos obtenidos en partidos donde los jugadores implicados habrían participado, específicamente en encuentros disputados en La Paz contra Colombia, Chile y Uruguay. Una eventual deducción de puntos alteraría drásticamente la tabla de posiciones, relegando a Bolivia al último puesto y, consecuentemente, beneficiando a otras selecciones como Venezuela en su aspiración de clasificar al Mundial. Además, la ausencia de Vaca y Céspedes sería un golpe significativo para los próximos compromisos, incluyendo el crucial enfrentamiento contra Brasil.
Hasta el momento, no se han aplicado sanciones deportivas definitivas, ya que el proceso de investigación sigue en curso y se aguarda una resolución formal por parte de la FIFA. Sin embargo, la normativa antidopaje estipula que la pérdida de puntos se aplicaría si el número de jugadores implicados es suficiente para influir en los resultados de los partidos disputados, una situación que parece plausible en este caso.
En la actual tabla de posiciones de las Eliminatorias Sudamericanas, Argentina lidera con 35 puntos y ya está clasificada, al igual que Ecuador y Brasil, ambos con 25 puntos. Les siguen Uruguay y Paraguay con 24 puntos cada uno, y Colombia con 22. Venezuela se ubica con 18 puntos, mientras que Bolivia ostenta 17. Perú, con 12 puntos, y Chile, con 10, ya han sido eliminados.
El director técnico de la selección boliviana, Óscar Villegas, ha abordado públicamente la delicada situación que atraviesa el equipo. Villegas ha defendido la influencia de la altitud en el desarrollo del juego de Bolivia y ha enfatizado que, a pesar de las controversias, su equipo mantiene una propuesta de juego definida y una clara visión estratégica